Los órganos del poder público, como es el caso de los organismos de control y en especial la Contraloría General del Estado, son los primeros llamados a que se luche contra la corrupción y en sus filas se promueva la transparencia y buen accionar de sus servidores públicos.
Son ya varios los casos de corrupción conocidos en la Contraloría, el más connotado es la condena ya ejecutoriada por concusión cometida por el ex Contralor doctor Carlos Pólit Faggioni, quien ahora es un prófugo de la justicia. El mencionado ex funcionario tiene una condena de 6 años en prisión por haber recibido más de 10 millones en coimas por parte de Odebrecht, entre 2010 y 2015.
Como si lo mencionado no fuera poco, ahora el Contralor Subrogante Pablo Celi de La Torre guarda prisión preventiva por una investigación de la Fiscalía que la misma Fiscal General del Estado señala como un esquema de delincuencia organizada para el desvanecimiento de glosas.
Más allá de si Celi es declarado culpable o no, es una vergüenza para el país que tan altos funcionarios sean acusados, el uno ya declarado culpable, de justamente lo que su cargo supuestamente combatía (la lucha contra la corrupción).
Llama la atención también que el anterior Consejo de Participación Ciudadana (presidido por el doctor Trujillo) blindó a Celi de que sea removido y se opuso a que ante la ausencia del Contralor titular se realice el concurso que correspondía para designar un nuevo Contralor.
Quienes conocemos la Contraloría de cerca, sabíamos ya que Celi fue Subcontralor General puesto por Pólit en varios años. ¿Pólit actuó sólo? Celi mantuvo y todavía mantiene prácticamente la misma lista de funcionarios que trabajaron con Pólit en los cargos directivos. ¿Serán todos ellos impolutos? Es decir, ¿nadie se contaminó de las prácticas del corrupto ex contralor Pólit?
Lo cierto es que el organismo de control tiene prácticas sobre las que sí podemos comentar y nos consta, como por ejemplo el no hacer ningún caso a los argumentos de quienes responden, en sede administrativa, a las predeterminaciones (civiles o administrativas) teniendo la fuerza de la ley de su parte. Pocos, seguramente, tendrán la “suerte” de que les desvanezcan glosas al estilo Odebrecht.
Hoy en día la Contraloría es un organismo tachado y embarrado hasta la coronilla de corrupción comprobada (como en el caso de Pólit). El ente que debió ser el llamado al combate de la corrupción llegó a ser uno de los organismos más corruptos de la historia del Ecuador.
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Yo ya respondí a los resultados provisionales de un examen con fuertes argumentos que basta el sentido común para entenderlos, sin embargo en la lectura del borrador pude ver que los ignoraron y no anotaron nada de lo importante que les dije, pese a las copias certificadas que les remití. Me gustaria saber si lo que ellos hacen es algún delito que yo pueda usar a mi favor. Gracias de antemano
La Contraloría tiene la prerrogativa en aceptar o no los argumentos de los administrados. El abuso cometido en su contra difícilmente podría demostrarse es un delito.
Lo que sí, en una etapa posterior, se puede indicar la violación a su derecho a la defensa y la falta de motivación de una resolución (que todavía no se expide) por no haberse considerado sus puntos de vista por parte de los auditores.
Si, es preocupante. Esperemos que la realidad cambie por el bien del país.